Mis padres y abuelos vinieron a este país a buscar el sueño americano. Con unos pocos dólares en el bolsillo y unas pocas palabras en inglés, dejaron atrás sus vidas para venir a Los Ángeles, la tierra de las posibilidades. Trabajaron en múltiples empleos para llevar comida a nuestra mesa, darnos acceso a una buena educación e inspirarnos para perseguir nuestros sueños. Tras graduarme en la UCLA, tuve el gran privilegio de trabajar para responsables políticos en Washington DC, dirigir estrategias innovadoras de distribución para ampliar los medicamentos a diversas comunidades en más de 50 países, y fui diplomático sanitario en representación de Estados Unidos ante gobiernos de todo el mundo. Yo estoy viviendo su sueño americano.
Más estadounidenses que nunca viven al día. En Los Ángeles, la mayoría de nosotros tenemos que hacer frente a las costosas facturas médicas, el elevado coste de los comestibles, los interminables préstamos estudiantiles y los inimaginables precios de la vivienda. Para los que tienen trabajo, los salarios han bajado, las condiciones laborales no han mejorado y las prestaciones ya no están garantizadas. Nos enfrentamos a las amenazas existenciales de las drogas ilegales en nuestras calles, la delincuencia en nuestras comunidades y el miedo a la violencia armada, que son muy reales. Las ciudades y las pequeñas empresas siguen recuperándose de la crisis del COVID. Los Ángeles, que una vez fue una tierra de posibilidades, se desvanece.
Al mismo tiempo, el Congreso y el Tribunal Supremo han sido secuestrados por extremistas MAGA. Los republicanos están recortando las prestaciones de la seguridad social, están erosionando los ideales básicos que consideramos verdaderos y suponen una grave amenaza para el futuro de nuestra democracia y la posición de Estados Unidos en el mundo. Estoy en esta carrera porque necesitamos personas con experiencia que sepan cómo funciona el Congreso. Mi incomparable experiencia en política federal y exterior me ha enseñado cómo funciona Washington y qué debe cambiar para ayudar a que Los Ángeles sea mejor, más próspera y más igualitaria.
A pesar de todas sus disfunciones, no soy cínico respecto a Washington. He visto grandes cosas en los pasillos del Congreso y he trabajado duro para traer el cambio e impulsar iniciativas bipartidistas para luchar contra el VIH, frenar las guerras y bajar los precios de los medicamentos con receta.
Para tener éxito en el Congreso y en Washington hay que hacer que el sistema federal funcione para la gente, y yo ya sé cómo trabajar en el sistema para conseguir cosas para Los Ángeles.
Soy un servidor público de mi comunidad y he dedicado mi carrera a la salud pública. Creo que una asistencia sanitaria de alta calidad, asequible y accesible es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano. Como antiguo director legislativo en el Congreso de Estados Unidos, redacté leyes para que todas las comunidades culturalmente diversas tuvieran acceso a una asistencia sanitaria de calidad, asequible, equitativa y accesible. Promoveré proyectos de ley para ampliar la cobertura de la atención primaria, oftalmológica, odontológica, de salud mental, abuso de sustancias y salud reproductiva. Como antiguo ejecutivo del sector privado, sé cómo reunir a empresas, hospitales, médicos, enfermeros y profesionales de la salud pública para que los medicamentos sean más asequibles. En un momento de crisis para la confianza en la salud pública, trabajaré para restaurar la fe y el liderazgo en nuestras instituciones de salud pública, apoyaré más salarios y protecciones para los trabajadores sanitarios y ampliaré la financiación de los departamentos de salud pública de todo el país para mantener a nuestras comunidades sanas y protegidas ante la próxima pandemia.
Como primogénito de una numerosa familia de inmigrantes armenios, mi experiencia vital me ha inculcado la resistencia y el valor necesarios para oponerme a la injusticia y luchar contra todas las formas de racismo, antisemitismo, transfobia y odio dirigidas contra los estadounidenses de origen asiático y los armenios por ser quienes son. Mi abuelo me enseñó la importancia del respeto y la decencia. Siempre trabajaré para construir puentes (y no muros) entre comunidades diversas. Creo en la libertad básica de las personas de amar libremente. Y para que las mujeres (y no los políticos) tomen decisiones de salud profundamente personales y no tengan que luchar para negociar la atención y el apoyo que necesitan.
Como alguien que ha tenido un trabajo casi diario desde que serví helados a los 15 años, he creído en la dignidad del trabajo. Me enfrentaré con decisión a la desigualdad de ingresos para crear empleos bien remunerados y defender los derechos de los trabajadores y prestaciones sólidas.
Creo que la clase media es el motor de Estados Unidos y apoyaré la Ley de Protección del Derecho de Sindicalización (PRO) y otros proyectos de ley para mejorar la protección del empleo en relación con el derecho de los trabajadores a sindicalizarse y a negociar colectivamente mejores salarios, prestaciones y condiciones de trabajo.
Creo que la educación es el mayor ecualizador. En el país más rico del mundo, la educación superior debería ser una escalera, no una condena de por vida a la deuda. Sin embargo, a día de hoy, 43 millones de estadounidenses (tanto recién graduados como estudiantes de último año) tienen una deuda estudiantil de 1,6 billones de dólares. Gracias al trabajo duro y al acceso a subvenciones y becas federales que me permitieron obtener una educación de calidad, he podido conseguir trabajos que han servido a nuestro país en los más altos niveles del gobierno. Como muchos otros, aún tengo préstamos estudiantiles que pagar. Todo el mundo merece las mismas oportunidades de salir adelante, pero las prácticas abusivas de prestamistas y universidades con fines de lucro han dejado a miles de estudiantes luchando por mantenerse a flote. Daré prioridad a la inversión en nuestras escuelas, apoyando más salario para los profesores, mejorando las oportunidades STEM para las comunidades subrepresentadas, y un sistema justo para hacer frente a la crisis de la deuda estudiantil.
Quiero aprovechar mi larga trayectoria de trabajo con republicanos e independientes para apoyar una hoja de ruta hacia la ciudadanía para los inmigrantes, avanzar en una legislación sensata para mitigar la violencia armada y apoyar la revitalización de nuestras ciudades y pequeñas empresas para que la economía de Los Ángeles pueda funcionar para todos. Trabajaré con los cargos electos y los líderes empresariales para hacer frente a las causas fundamentales de la falta de vivienda. Para lograr un impacto duradero, debemos centrarnos en hacer más asequible la vivienda mediante recursos e incentivos federales y ampliar el acceso a los programas de salud mental y consumo de sustancias.
Soy hijo de inmigrantes armenios y libaneses, así que comprendo los retos a los que se enfrentan muchas familias inmigrantes cuando se asimilan a un nuevo país. También entiendo lo que significa ser estadounidense, lo que Estados Unidos significa para mí y para las familias inmigrantes. Lucharé para que el Sueño Americano sea más accesible a más gente, para que todos tengan una oportunidad justa de perseguir su propio sueño.
Mi paso por el Departamento de Estado y mi trabajo con gobiernos extranjeros de todo el mundo me han permitido estar en primera fila de la historia y han reforzado mi convicción sobre el papel indefendible que Estados Unidos puede y debe desempeñar para hacer frente a la crisis climática en su país y en el extranjero, defender la democracia y apoyar la extensión de la protección de los derechos humanos. Creo en unos Estados Unidos que promuevan la diplomacia, protejan la paz y apoyen el desarrollo mundial para acabar con el hambre, mitigar el cambio climático y luchar contra las enfermedades, y que planten cara a los dictadores que cometen genocidio o desatan la violencia y el odio contra sus propios ciudadanos.
Los tiempos difíciles que vivimos exigen una nueva era de líderes en el Congreso. Es hora de que una nueva generación de líderes progresistas se ponga en pie y una a todas las comunidades diversas. Sé de primera mano lo importante que es luchar para ser visto y tratado en pie de igualdad, por el reconocimiento y la justicia. Sé de primera mano lo importante que es luchar por América. Y luchar por la gente. Todas las personas. Siempre daré prioridad a las personas.
Por eso estoy en esta carrera y por eso les pido su apoyo.
Jirair Ratevosian
Candidate for Congress
California’s 30th District
